Mujer virtuosa, bienaventurado quien la encuentre en su camino
Que le de paz y lo alegre más que el mejor vino
Amo en ustedes la fuerza y la belleza que Dios ha derramado
sus cabellos... Que me permiten ver el viento
su voz... Que refresca mis oídos sedientos
Hay días como este que hace que despertemos
y agradezcamos a Dios por todo lo que tenemos
Gracias a Dios por ustedes mujeres...
Que le de paz y lo alegre más que el mejor vino
Amo en ustedes la fuerza y la belleza que Dios ha derramado
sus cabellos... Que me permiten ver el viento
su voz... Que refresca mis oídos sedientos
Hay días como este que hace que despertemos
y agradezcamos a Dios por todo lo que tenemos
Gracias a Dios por ustedes mujeres...
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente
a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal todos los días de su vida
Busca lana y lino, y con voluntad
trabaja con sus manos.
Es como nave de mercader; trae su pan de lejos.
Se levanta aún de noche y da comida
a su familia y ración a sus criadas.
Considera la heredad, y la compra,
y planta viña del fruto de sus manos.
Ciñe de fuerzas sus lomos, y esfuerza sus brazos.
Ve que van bien sus negocios;
su lámpara no se apaga de noche.
Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca.
Alarga su mano al pobre, y extiende
sus manos al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia, porque
toda su familia está vestida de ropas dobles.
Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura
es su vestido.
Su marido es conocido en las puertas,
cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas y vende, y da cintas al mercader.
Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo porvenir.
Abre su boca con sabiduría, y
la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa,
y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos y la llaman bienventurada;
y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien; mas
tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia y vana la hermosura;
la mujer que teme al Señor, esa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos, y
alabénla en las puertas sus hechos.
PROVERBIOS 31:10-31
.
Porque su estima sobrepasa largamente
a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal todos los días de su vida
Busca lana y lino, y con voluntad
trabaja con sus manos.
Es como nave de mercader; trae su pan de lejos.
Se levanta aún de noche y da comida
a su familia y ración a sus criadas.
Considera la heredad, y la compra,
y planta viña del fruto de sus manos.
Ciñe de fuerzas sus lomos, y esfuerza sus brazos.
Ve que van bien sus negocios;
su lámpara no se apaga de noche.
Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca.
Alarga su mano al pobre, y extiende
sus manos al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia, porque
toda su familia está vestida de ropas dobles.
Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura
es su vestido.
Su marido es conocido en las puertas,
cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas y vende, y da cintas al mercader.
Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo porvenir.
Abre su boca con sabiduría, y
la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa,
y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos y la llaman bienventurada;
y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien; mas
tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia y vana la hermosura;
la mujer que teme al Señor, esa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos, y
alabénla en las puertas sus hechos.
PROVERBIOS 31:10-31
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